10/8/09

Cadaver Exquisito - Primera Parte (So)

En realidad, Sofía tenía 29 años y no menos, como decía siempre más por estrategia (¿o miedo?) que por desagrado al paso de los años. Por eso, cuando el tipo ese con el que tuvo la entrevista le preguntó, ella mintió con eso y todo el resto para dejarlo bien contento.

Mientras Lucía pensaba y se concentraba para mandarle energía positiva a Sofía para que no se equivoque y no se pise, le explicaba al banana de su jefe que So, pobre, no se podía levantar, imaginate que está dura, anoche se enteró que el novio le metía los cuernos, se durmió llorando, no sabés cómo estaba ella que siempre es tan buena con todos, hasta con ese, vos entendés, ¿no, Claudio? Claro que cuando le haga efecto el relajante muscular va a venir a trabajar, pero tenemos que ayudarla, te lo digo porque sé que en vos podemos confiar, ¿no, Claudio?

Para Lucas, cruzarse con su familia a la mañana hubiera sido terrible. Escuchar el "que te vaya bien hijo, anoche prendí otra vela por vos, vas a ver que hoy conseguís que te llamen de algún lado y dentro de pronto, vas a estar trabajando", o el peor "¿qué vas a hacer con la plata de la indemnización?", iba a hacer que plantara a Lu y a Sofía esta noche. En verdad, iba a hacer que pegara el índice al enter del teclado para mandar mil currículums, que luego pusiera caras de rebosante felicidad ante los futuros empleadores para tener el salario mínimo a costa de perder el querer, el tener ganas de, el decidir sobre y hasta el pensar si trabajar. Pero entonces a las cuatro sonó el despertador y Lucas salió a la calle con la remera de la suerte de los Pistols puesta y el cheque a cobrar en la media izquierda, sin cruzarse a nadie.

1 comentario:

Abaddon dijo...

Muy güeno muchachos muy güeno...si me lo permiten dejo un enlace de este blog en el mío....salú