23/4/09

Anécdota de trabajo

Hasta hace poco tiempo el lugar en el paisaje urbano de las canchas de paddle, de los video clubs, de los parri-pollo, estuvo ocupado por los "Cibers" (diremos de paso que hay establecimientos que se mantienen incólumnes frente al paso del tiempo, que nunca merman su número, que esquivan la decadencia. Creo que puedo apostarle -y ganarle- a cualquiera que Buenos Aires es la ciudad con más telos y peluquerías del mundo entero, y del universo todo).

Sin lugar a dudas los "cibers" (baratos, muchos abiertos las 24 hs., los siete dias de la semana) fueron escenario y albergue de la gente más extraña, pintoresca, bizarra de la ciudad. Prueba de esto es la siguiente anécdota que alguien hizo pública en internet. Dónde sino.

"Un día estaba atendiendo el ciber en el turno noche. Vino un tipo y me preguntó:

- Che, ¿hay problema si me masturbo en la cabina?

Yo me quedé basatante anonado, sin posibilidad alguna de articular una respuesta, por lo que llamé al encargado. El encargado se hizo presente, escuchó la solicitud del tipo y luego de meditarlo unos segundos le respondió:

- ¿Y si mejor lo hacés en el baño?"

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